
Independientemente de la edad que tengas, en ti siempre va a residir tu niña interior, un término que de seguro has escuchado con frecuencia, por ejemplo en mi contenido y en varias cuentas dedicadas a hablar sobre la salud mental.
Aunque otro detalle que también puede que te llame la atención, es que es un término que siempre viene acompañado, sobre todo, con frases como:
“Sana a tu niña interior”.
“Libérate de las carencias de tu niña interior”.
Pero a todas estás, ¿en qué consiste esa figura de la niña interior?.
¿Es una realidad o pura fantasía?.
¿Una ilusión alimentada por los recuerdos?.
Te cuento todo esto y más en este artículo.
¿Qué o quién es la niña interior?
En el ámbito de la psicología analítica y las constelaciones familiares, la niña interior o inner child, es la manera en que se agrupan y representan todos los elementos que conforman la faceta infantil de tu persona.
Esto obviamente no quiere decir que dentro de ti, existan múltiples versiones de cada año de tu infancia, sino más bien, una sola versión que reúne un conjunto de emociones, sentimientos, heridas, temores y creencias que se formaron o recolectaron desde tu nacimiento hasta los primeros 7 años de edad aproximadamente.
Como una mini tú, que coexiste con tu yo adulta.
Lo curioso de tu niña interior, es que conserva de manera intacta todas las experiencias vividas, ya sea la más grande alegría o el más profundo dolor, por lo que puedes seguir reviviéndolas una y otra vez, sintiendo todas las emociones asociadas a ellas con la misma intensidad.
Pero cuando estos recuerdos se enfrentan con la realidad, produce un choque difícil de procesar.
Una prueba clara de este fenómeno es cuando vuelves a un lugar importante de tu infancia.
Si lo has hecho, de seguro encontraste muchas diferencias, edificios que antes te parecían gigantes ya no resultan tan imponentes, los árboles que antes parecían ser lo suficientemente grandes como para ocultarte del mundo, hoy los ves y a duras penas dan un poco de sombra.
Y es que cuando eres una niña, observas el mundo a través de una lupa, las casas parecen castillos, un papá enojado se convierte en un tirano y el dolor, aunque no entiendas muy bien por qué, se transforma en una nube gris que te hace arrinconarte llena de miedo, temiendo que te aceche el peligro.
Así que el primer paso es reconocer esa faceta de ti, que guarda tantas memorias y reconocer que tienes dos caminos:
Seguir viviendo esclavizada por el pasado.
O sanar desde el amor y la esperanza todas esas heridas.
¿Qué camino escoges?
¿Cómo se manifiestan los diversos aspectos de la niña interior en tu vida actual?
El ser humano y su desarrollo se ve influenciado por diversas experiencias que desencadenan sentimientos y emociones placenteras y otras no tanto, ya que en tu interior existe una dualidad de emociones y pensamientos, mismos que pueden cambiar o evolucionar a medida que te desenvuelves como persona, un detalle que es perfectamente normal.
Sin embargo, un proceso que también debe suceder a medida que creces, es la adecuada gestión emocional, un detalle que los niños, por no contar con la experiencia y herramientas necesarias, no pueden lograr por sí mismos al inicio.
Así que viven cada emoción al extremo, porque mayormente no saben regularse emocionalmente y no identifican porque sienten lo que sienten.
Por lo que en tu niña interior predominan dos facetas: una parte sana y una parte herida.
La primera protagoniza esos momentos donde eres creativa, auténtica, fiel a ti misma, espontánea, disfrutas cada pequeño detalle, el amor y la alegría, en cambio. La parte herida se manifiesta en esas ocasiones donde actúas de forma irracional, infantil o hasta inmadura.
Un ejemplo de esto es cuando ciertas situaciones te desencadenan crisis de llanto o de ira y no porque estas reacciones estén prohibidas, sino porque se apoderan de todo tu ser y nublan tu entendimiento, no entiendes por qué te sientes así y no logras detener ese torrente de sensaciones desenfrenadas.
Y esto puede pasar, porque no has logrado sanar alguna de las 5 heridas que se crean en la primera infancia:
- Herida de rechazo.
- Herida de abandono.
- Herida de humillación.
- Herida de traición.
- Herida de injusticia.
De estas también tengo un artículo, que puedes consultar aquí.
Ahora bien, esto puede ser la raíz de ese malestar emocional que lleva años escondiéndose en tu interior, pero ¿cuáles son los síntomas y cómo identificarlos?.
Señales de que tu niña interior grita por ayuda
- No confías en ti misma y te cuesta confiar en otras personas.
- Eres insegura y no te consideras digna de triunfos, alegrías o éxitos.
- Tiendes a explotar de rabia con tus hijos, les gritas, los regañas y pierdes el control.
- Te cuesta expresar tus emociones o, por el contrario, sientes que no tienes control sobre ellas.
- No logras marcar los límites en cada área de tu vida, con tu familia, en tu trabajo, con tus amigos o pareja.
- Tiendes a ser excesivamente complaciente con los demás, para agradarles a toda costa y no experimentar el rechazo, por lo que a veces terminas traicionando tus creencias, tus valores o sentimientos, con lo doloroso que esto puede llegar a ser.
- En tus relaciones, terminas viendo a tu pareja como una especie de salvador o eres tú quien toma ese rol, creyendo que es tu responsabilidad “arreglar” a las personas o sus vidas.
Si identificas alguna de estas señales en tu día a día, puedes tener la seguridad de que tienen solución.
Sé que durante mucho tiempo esto te ha mantenido consternada, pensando:
“No puedo seguir así, yo soy una mujer adulta”.
“¿Por qué trato de esta manera a mis hijos?”.
Pero una vez que te decidas a sanar todos los traumas contenidos en tu niña interior, verás como tu corazón, tu mente y tu alma se llenarán de paz, de calma; pero sobre todo, se renovarán con una nueva perspectiva para ver la vida y todo lo que te rodea.
Si en tu caso eres mamá, al sanar tu niña interior, también te darás cuenta de cómo vas a liberar a tus hijos de un trauma que no les pertenece, por lo tanto, podrás experimentar una maternidad plena y bajo tus propias reglas; sin fantasmas del pasado.
Dar aquello que te hubiese encantado recibir, ya sea amor, comprensión, compañía o aceptación, puede llegar a ser muy difícil, porque nunca te enseñaron a hacerlo.
Pero créeme que es muy sanador.
Si quieres hacer las paces con tu niña interior, demostrarle que no está sola y que pueden llegar a ser un equipo, solo haz click aquí y conversemos sobre cómo puedo acompañarte a sanar 🦋
Un abrazo, Anto.