Qué difícil puede ser tratar de avanzar, pero con la sensación de que arrastras una carga.
El sentir que aunque haces todo lo posible por evitarlo, repites los mismos patrones dañinos una y otra vez.
Sin saber por qué ni cómo detenerlos.
Así como puedes lastimarte alguna parte de tu cuerpo, tus emociones también pueden sufrir daños, solo que en ese caso, muchas veces las heridas no se cierran y se convierten en una cruz que arrastras por muchos años.
Si estás pensando en iniciar un proceso de constelaciones familiares y has investigado sobre este tema, de seguro te has encontrado con opiniones negativas. Y
Las constelaciones familiares son una herramienta terapéutica que te permite abordar esos patrones generacionales que afectan tu vida y tu forma de reaccionar ante diversas situaciones.
A pesar de ser profundamente reveladores, es una terapia para la que también debes sentirte preparada y dispuesta a trabajar en ciertos conflictos que a veces resultan muy incómodos de enfrentar, para que así le saques el mayor provecho.
Antes de poder descifrar la ansiedad, hay que comenzar a desterrar ciertas creencias que tratan de normalizarla.
Porque la ansiedad NO son solo nervios.
NO significa que estés loca.
NO es solo falta de descanso.
La terapia de barras puede ayudarte a darle a tu cerebro ese reset que necesita.
¡Y lo digo en serio!
Con esta herramienta podrás reprogramar tu mente, derretir y disipar juicios y creencias. De hecho hace poco tuve la oportunidad de brindarle esta terapia a mi mamá y en sus propias palabras:
“Sentía como algo se movía dentro de mi cabeza, como si fuese electricidad, y me estuvieses colocando brasas calientes”.
Esa tristeza, esa melancolía o esa nostalgia que forman una especie de nube gris sobre tu cabeza y que te persigue sin parar.
Tiene nombre.
Esa sensación de agotamiento, que no te deja levantarte de la cama, que no te provoca ni comer, ni bañarte; ni arreglarte, de que ya no disfrutas todas esas cosas que antes te hacían feliz.
También tiene nombre.
Independientemente de la edad que tengas, en ti siempre va a residir tu niña interior, un término que de seguro has escuchado con frecuencia, por ejemplo en mi contenido y en varias cuentas dedicadas a hablar sobre la salud mental.
¿Cuántas veces no has sentido que tu mente te hace una mala jugada, o que hay ciertos detalles, comportamientos que te hacen pensar: “ya no soy lo misma, mi mente no está igual que antes”?.
Si recientemente has tenido esa sensación, hoy te contaré más sobre esas señales que no puedes pasar por alto cuando se trata de tu salud mental y emocional.